La quema de crudo -el uso directo de crudo en centrales eléctricas e instalaciones industriales, principalmente para generar electricidad- ha sido durante mucho tiempo un elemento básico de la combinación energética de Arabia Saudí. El reino quema importantes volúmenes de petróleo para satisfacer la demanda nacional de electricidad, que ronda los 171 teravatios-hora (TWh).
Sin embargo, un análisis de Rystad Energy muestra que el próximo yacimiento de gas de esquisto de Jafurah, que empezará a producir en 2025 y es el mayor de su clase en todo el mundo, podría cambiar radicalmente esta dinámica. Al explotar gas no convencional, Arabia Saudí podría desplazar hasta 350.000 barriles diarios (bpd) de crudo quemado de aquí a 2030. El aumento del suministro de gas no sólo frenaría el consumo interno de crudo, sino que liberaría más petróleo y productos refinados para la exportación, reforzando la posición del país en los mercados energéticos mundiales.
El proyecto Jafurah, clave
El proyecto Jafurah es un componente clave de la Visión 2030 de Arabia Saudí, que pretende aumentar la producción de gas en un 60% respecto a los niveles de 2021, diversificando al mismo tiempo la combinación energética del país. La utilización de gas natural y energías renovables más eficientes en la generación de electricidad también permitirá a Arabia Saudí reducir su dependencia del crudo. El proyecto, que se desarrollará en tres fases, supondrá una inversión de más de 100.000 millones de dólares en la próxima década y situará a Arabia Saudí como tercer productor mundial de gas de esquisto.
Estratégicamente situado cerca de la planta de procesamiento de gas de Aramco en Uthmaniyah, Jafurah se beneficia de eficiencias logísticas, ya que su proximidad reduce la necesidad de costosos gasoductos de larga distancia. La infraestructura y experiencia de Uthmaniyah serán cruciales para procesar la producción de Jafurah, incluida la separación de líquidos de gas natural (LGN), etano, condensado y otros subproductos, optimizando el valor comercial del yacimiento.
“Arabia Saudí está intensificando la inversión en gas natural como alternativa más limpia y con menos emisiones de carbono que el petróleo y el carbón. Este giro estratégico, junto con la decisión de la OPEP+ de limitar la producción de petróleo de Aramco a 12 millones de barriles diarios en 2027, está diseñado para apoyar la estabilidad de los precios al tiempo que aumenta el consumo interno de gas”, dice Pankaj Srivastava, vicepresidente senior de Mercados de Materias Primas-Petróleo de Rystad Energy.
“Se prevé que la producción ascienda a 13.000 millones de pies cúbicos diarios (Bcfd) en 2030, lo que sentará las bases para una importante expansión del suministro de gas. Esto permitirá a la nación reorientar más crudo para la exportación, reforzando su influencia en el panorama energético mundial. A medida que avance la iniciativa, el éxito de este cambio dependerá de la robustez de la infraestructura midstream, la integración downstream y las campañas de perforación en zonas más profundas”, añadió Srivastava
A medida que el yacimiento de gas de Jafurah se acerca a su madurez, se espera que compense la quema de crudo en 35.000 barriles diarios en 2025, aumentando gradualmente hasta 350.000 barriles en 2030, liberando volúmenes que de otro modo se utilizarían en la generación de electricidad. Este cambio se produce en un momento crítico, ya que se prevé que la demanda de productos petrolíferos en Arabia Saudí aumente en aproximadamente 100.000 bpd de aquí a 2030, impulsada en gran medida por el creciente consumo de gasolina y gasóleo.
Maximización de las exportaciones
Sin embargo, no se prevé que la demanda interna sea el principal motor del crecimiento del crudo saudí en los próximos años. En su lugar, el reino probablemente pivotará hacia la maximización de las exportaciones de crudo y productos refinados, alineando su estrategia con la evolución de la dinámica del mercado y las expectativas de precios.
En el ámbito nacional, la economía del cambio de combustible sigue favoreciendo al gas frente al crudo para la generación de electricidad. El precio del gas natural en el país oscila entre 2 y 2,5 dólares por millón de unidades térmicas británicas, mientras que el crudo Arab Light supera actualmente los 70 dólares por barril. Debido a esta favorable situación económica, las centrales de gas -especialmente las unidades de ciclo combinado de alta eficiencia- pueden funcionar ahora con un rendimiento de hasta el 60%, frente al 30% de los sistemas de combustión de crudo.
El resultado son unos costes operativos entre seis y ocho veces inferiores por kilovatio-hora. Estas ventajas de costes respaldan la estrategia de Arabia Saudí de sustituir el crudo por el gas en su mix energético, lo que permite al reino reorientar más crudo hacia los mercados de exportación y reforzar los rendimientos fiscales.
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