¿Pueden durar para siempre las baterías de los coches eléctricos?

Los eléctricos en realidad son más baratos. Una afirmación cuanto menos contradictoria teniendo en cuenta que el precio actual de los modelos cero emisiones, tanto nuevos como de ocasión, es del orden de un 20 o un 30% superior al de uno de combustión aunque la previsión es que en un plazo medio de tiempo su tarifa se equipare. Ahora bien, si hablamos del mantenimiento aquí los eléctricos no tienen parangón ya que de media son un 40% más económicos que aquellos con motores de gasolina o diésel, básicamente porque no tienen tantas piezas móviles y no necesitan cambios de aceite, filtros de aire, bujías y otros componentes del motor. Por lo tanto podemos afirmar que los eléctricos son más baratos de mantener… siempre y cuando la batería no falle.

Esta es una variable de la que te hemos hablado en otras ocasiones y que es el gran talón de Aquiles de este tipo de vehículos, enfocada sobre todo a la degradación de la misma. Porque en líneas generales y a no ser que exista una ‘tirada’ de producción defectuosa, circunstancia en la que el fabricante se haría cargo de los costes al estar dentro de la garantía, lo cierto es que las baterías de los vehículos eléctricos suelen ser bastante duraderas. No en vano, prácticamente todas las marcas ofrecen garantías cercanas a los ocho años (año arriba, año abajo) o con un recorrido que no exceda, de media, los 160.000 km (algunas proponen 200.000 km e incluso otras como Lexus, hasta un millón de kilómetros). Ahora bien, todo este escenario puede cambiar según el último estudio elaborado por SLAC-Stanford Battery Center.

Un 40% más de duración

Y es que según el análisis de los investigadores de dicha Universidad, la forma en la que se calculan los ciclos de vida de las baterías no es del todo exacta ya que presupone que el ciclo de descarga y recarga es constante, cuando en realidad no lo es. No en vano, los coches eléctricos experimentan todo tipo de situaciones, desde trayectos cortos de tipo urbano o interurbano hasta viajes de larga distancia por autopista. Diferentes situacones entran en juego como los arranques y paradas constantes, el uso de la frenada regenerativa o la circulación ininterrumpida.

De esta forma los ciclos de carga son variables, ya que dependiendo de las necesidades algunos propietarios puede que recarguen la batería todas las noches, mientras que otros pueden esperar varios días para conectarlo. No solo eso, la potencia también varía ya que quizá la mayoría de los que lo carga en el hogar lo haga con niveles bajos, de entre 2,3 y 6,6 kW, mientras que otros tengan ya se conecten a tomas trifásicas e incluso estén constantemente enchufándolos a conexiones rápidas, de más de 50 kW.

Esta vida relativamente caótica es algo que no se puede reproducir fácilmente en los laboratorios, por lo que los investigadores crearon cuatro perfiles de descarga basados ​​en datos de conducción llegando a la conclusión de que en realidad, la vida útil de las baterías podría ser mayor de la esperada, concretamente un 40% más. Con los datos en la mano, probaron 92 baterías de iones de litio comerciales durante más de dos años y descubrieron que cuanto más realista era el perfil, más aumentaba la expectativa de vida de los vehículos eléctricos.

El estudio desvela alguna que otra sorpresa como que por ejemplo realizar una aceleración contundente y breve puede provocar una degradación más lenta, un hecho que es completamente opuesto a lo que en principio pensaríamos, pues entra en juego la frenada regenerativa, otorgando a las baterías “cierto descanso” y ayudando a que duren más. Del mismo modo, los investigadores del Standford aseguran que los propios fabricantes podrían actualizar los software de gestión de baterías para aprovechar los nuevos hallazgos y maximizar la longevidad de la batería en condiciones del mundo real. Lógicamente esto es un breve repaso de lo que en realidad habla el estudio completo, al que puedes acceder pinchando aquí.