La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha presentado su estrategia para dar preferencia al 'Made in Europe' e impulsar la contratación pública de empresas europeas para hacer frente a competidores como China o Estados Unidos, que "se benefician de condiciones desiguales, subvenciones poco transparentes o políticas de apoyo que provocan un exceso de producción estructural".
Este plan para impulsar la competitividad de la UE es la primera medida de calado del segundo mandato de la política alemana, una hoja de ruta que se basa en las recomendaciones del informe temático elaborado por el ex primer ministro italiano Mario Draghi, pero que carece de presupuesto para llevar a cabo medidas concretas, sino que esboza, en líneas generales, sus intenciones para la actual legislatura.
Uno de los objetivos de lo que Von der Leyen ha bautizado como 'Brújula para la Competitividad' es el de presentar una revisión de la actual directiva de contratación pública a lo largo de 2026 que favorezca a las empresas europeas en sectores que la UE considera críticos, tales como la Inteligencia Artificial, los materiales críticos y avanzados, las tecnologías limpias o la robótica, entre otros.
Esta revisión pretende reforzar la seguridad tecnológica y las cadenas de suministro nacionales, así como simplificar y modernizar las normas y recompensar a las empresas pioneras en innovación y en las tecnologías necesarias para las transiciones verde y digital.
La intervención política de esta estrategia industrial se basará en la evaluación de las necesidades y las perspectivas del mercado y se centrará en tecnologías "clave" para la descarbonización de la economía como el sector emergente de los electrolizadores, necesarios para la producción de hidrógeno, o en tecnologías en las que la producción nacional actual de la UE "corre el riesgo de verse sometida a la presión de competidores internacionales".
Además, para fomentar la demanda de los productos bajos en carbono 'Made in Europe', la Comisión quiere desplegar incentivos financieros y fomentar la agregación de la demanda como ya se ha hecho con las subastas de gas e hidrógeno.
Con este mismo objetivo, el Ejecutivo comunitario prevé presentar en los próximos meses el Pacto para una Industria Limpia, un Plan de Acción para una Energía Asequible, la Ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial o planes de acción a medida para los sectores siderúrgico, metalúrgico y químico.
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