En esta 28 edición de la Conferencia de las Partes (COP 28) celebrada en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, para evaluar el progreso en el tratamiento del cambio climático y establecer obligaciones legalmente vinculantes, sorprende las sonrisas y aplausos entre sí mismos para unos resultados tan pobres y grises.
La cumbre ha terminado con ciento treinta países comprometidos para trabajar juntos en aumentar la capacidad mundial de energías renovables para 2030, con el objetivo de triplicar su capacidad, pero también el mismo presidente de la Cumbre del Clima, y consejero delegado de la empresa nacional de petróleo y gas de su país ADNOC, confirma que Emiratos Árabes Unidos seguirá haciendo grandes inversiones en gas y petróleo con la excusa de que su país tendrá que "seguir satisfaciendo la demanda", incluso más allá del 2050, de ahí se entienden las sonrisas y aplausos entre los miembros anfitriones, líderes en producción de petróleo.
Teniendo en cuenta que al final de 2022, según el informe de Estadísticas de capacidad renovable 2023, publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la capacidad mundial de generación renovable ascendía a 3.372 gigavatios (GW), esto supone llegar a los 12.000 gigavatios al final de la década, lo que representa niveles record en la tendencia a la baja de la generación de electricidad basada en combustibles fósiles y un aumento brutal en renovables, todo en medio de un entorno de incertidumbre mundial y para una gran parte de la población.
Este ambicioso reto de triplicar las renovables es posiblesobre el papel, pero requerirá de inversiones muy superiores a los 3 billones de dólares al año hasta el 2030, además de otros factores no menos importantes como tener una estabilidad regulatoria, altos niveles de financiación y un compromiso institucional permanente en el tiempo en esos ciento treinta países, lo cual ya es un reto en sí mismo en el contexto político actual, cada vez es más volátil y dependiente de factores “domésticos” que lo ponen en duda razonable.
Un negocio corporativo
Es evidente que estamos en medio de un cambio climático de consecuencias imprevisibles, pero a su vez es una gran oportunidad de negocio para crear expectativas de crecimiento y trabajo para sus ciudadanos, creando una burbuja especulativa basada en ayudas y financiación de esos proyectos que a su vez pagan los propios ciudadanos EU con sus impuestos, en gran medida crecientes.
También es cierto que el mundo siempre ha estado sometido a estos cambios climatológicos en su historia, además han sido necesarios para la existencia del ser humano y su evolución, de hecho estamos aquí por un pasado más o menos turbulento de la Tierra en términos climatológicos.
El clima ha sufrido cambios importantes a lo largo de la historia de la Tierra, debido a causas naturales. Por ejemplo, en el último periodo glaciar, que finalizó hace unos 10.000 años, el clima terrestre era más frío que el actual y los glaciares ocuparon amplias extensiones de la superficie terrestre, si no tuviéramos la protección de CO2 la Tierra sería un mundo frío con una temperatura media de -18ºC y la capa vegetal no podría crecer ni desarrollar el proceso de fotosíntesis por lo que la Tierra sería un mundo gris y estéril.
Atribuir que el cambio climático se debe solo a la quema de combustibles fósiles, es un exceso como llamar “La era de la ebullición global” o los nuevos lenguajes ante la emergencia climática del propio secretario general de la ONU, pero no cabe duda que los GEI son un factor del cambio climático entre otros como las relacionadas con los cambios en los parámetros orbitales, variaciones de la radiación solar, la deriva continental, periodos de vulcanismo intenso, efecto de las guerras, incendios descontrolados, exceso en el consumo innecesario para la vida, etc. Pongamos por ejemplo la misma COP-28 cuyos asistentes han sido 70.000, muy por encima de las personas que acudieron a la COP-27 en Egipto con 49.704 y la COP-26 en Escocia con 38.457 personas. A título anecdótico en las primeras ediciones solo acudían 5000 personas.
Una huella de carbono en viajes y eventos grises difícilmente justificable, a no ser que estemos asistiendo al nacimiento del nuevo negocio de las cumbres.
¿Las renovables como solución?
Nada se habla de lo que representa la huella de carbono producida por las guerras continuas, la desaparición de bosques y tala de árboles en la amazonia, los incendios que sufrimos todos los años, y el impacto de los fenómenos vulcanológicos permanentes.
Al quemarse, los árboles liberan todo el CO2 que han absorbido a lo largo de los años, por lo que es necesario frenar los incendios forestales y deberíamos dar la misma importancia en evitar estos riesgos de la desforestación en el mundo, mediante un ordenamiento jurídico que proteja de forma eficiente los bosques y nuestros recursos naturales.
Llegar a triplicar las renovables es posible, pero esos 12.000 gigavatios representan una superficie estimada de suelo de 180.000 Km2, de un suelo de preferencia plano y con accesos a centros locales, que podría utilizarse para la agricultura, pero sin duda como dicen nuestros líderes triplicar las renovables es posible, pero la energía hay que llevarla a centros de transformación y transportarla a los centros de consumo, las empresas desarrolladoras de proyectos fotovoltaicos conocen muy bien las limitaciones en el acceso de red que provocan la cancelación de muchos proyectos renovables.
Por eso muchas de ellas siguen desarrollando en modo autoconsumo para producir hidrógeno verde o combustibles tipo metanol y amoniaco verde, al amparo de las ayudas de la UE que no terminan de llegar.
¿Qué pasa con los bosques?
Nada se ha hablado en esta cumbre COP-28 de los árboles y los bosques, parece que no es negocio de los organizadores de las cumbres del clima, principalmente países con intereses en generación eléctrica y otros grandes productores de petróleo.
En realidad el humilde árbol representa una verdadera oportunidad para la compensación de huella de carbono en la lucha contra el calentamiento global, una verdadera reforestación apoyada por esos ciento treinta países podría ser parte de una solución del problema, pero no es negocio.
Según un estudio de Science titulado “The global tree restoration potential” la restauración de árboles es la estrategia más efectiva para la mitigación del cambio climático, en el mismo informe se menciona que excluyendo los árboles existentes y las áreas agrícolas y urbanas, hay espacio para 900 millones de hectáreas adicionales de cubierta vegetal, que podrían almacenar 205 gigatoneladas de carbono en áreas que sustentarían naturalmente bosques, esto frente a 180 millones de hectáreas necesarias para cumplir el objetivo de la COP-28, parece ser un objetivo razonable y viable si realmente hubiera voluntad política de crear sumideros de CO2 para evitar el cambio clímatico.
Sorprende conocer que un kilómetro cuadrado de bosque genera mil toneladas de oxígeno al año, o que un árbol de unos 20 años absorbe en un año el CO2 emitido por un vehículo que recorre de 10.000 a 20.000 kilómetros al año.
Entonces, ¿por qué tanto empeño en imponer el vehículo eléctrico si podemos compensar sus emisiones plantando árboles y establecer una agenda para prohibir la fabricación del vehículo de combustión fósil a partir del 2025?, quizás para aumentar el mismo consumo de energía eléctrica para cargar los vehículos para a su vez estimular la inversión de las energéticas en renovables.
La COP-28 es una cumbre gris, porque nada se habla de reforestar nuestros bosques (COP-28 verde) como una solución alternativa y económica para luchar contra los GEI, en cambio si se confirma que la producción de petróleo irá más allá del 2050 para "seguir satisfaciendo la demanda" como anunció su presidente.
Los países que más contaminan
Si analizamos las emisiones de los 10 países más contaminantes del mundo vemos que solo aparece un país de la UE, Alemania.
La política energética de Alemania ha sido lamentable fracaso, primero por no diversificar su mix energético y comprometerse con países como Rusia para obtener GN, luego por la tozudez en el cierre de nucleares aún a pesar de lo poco fiable que podía parecer poner su industria y ciudadanos en manos del GN ruso, y finalmente, por convertirse en el país más contaminante de la UE con la quema de carbón en sus centrales térmicas, aumentando 5,78% incluso más que China 4.05% sus emisiones en CO2.
Fuente: Datosmacro.com
Pero aparentemente, ciento treinta países parecen estar comprometidos para trabajar juntos en aumentar la capacidad mundial de energías renovables para 2030, los líderes sonríen entre ellos, una especie de risa sistémica donde se aplauden a sí mismos, el éxito de la COP-28 parece garantizado con un simple manifiesto de sus intenciones donde cada cual trata de salvaguardar sus propios intereses económicos.
Si realmente el cambio climático es un fenómeno global, es difícil hacer un verdadero cambio climático, si los 10 países con más emisiones del mundo no se comprometen a bajar sus emisiones, de hecho las están aumentando cada año como podemos comprobar con: China, EEUU, India, Rusia, Japon, Iran, incluso Alemania.
La UE trata de liderar la descarbonización del mundo con el esfuerzo económico de sus ciudadanos, pero su contribución es pequeña 9,2%, comparado con los grandes países contaminantes, especialmente China convertida en la fábrica del mundo con más del 26%.
Conclusiones
Es verdad que los objetivos se pueden alcanzar, pero el arduo trabajo para lograrlos comienza hoy, esto implica seriedad para abordar la solución de los problemas con honestidad, movilizar enormes inversiones no solo en energías renovables o tecnologías costosas, también necesitan puntos de conexión, redes de transmisión y transporte, ecosistemas de almacenamiento de energía, que son sistemas costosos y requiere un verdadero programa de puesta en operación comercial que durará años, más allá del 2030 si empezamos hoy.
Los Gobiernos también deben abordar marcos estables regulatorios, incluso aceptar retrasos en los proyectos dada su dificultad, apoyar de forma clara y determinante las inversiones en reforestación de nuestros bosques, vigilar y establecer medidas paliativas para evitar los incendios catastróficos durante la época estival, una política de limpieza de nuestros bosque para evitar incendios, sistema de última tecnología de vigilancia de bosques, establecer un régimen jurídico que favorezca la creación de nuevos ecosistemas verdes para hacer un futuro mejor para las futuras generaciones, triplicar los bosques, también es posible.
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