El Instituto de Investigación de Energía de Corea (KIER, por sus siglas en inglés) ha logrado un hito en la lucha contra el cambio climático al desarrollar y demostrar la tecnología de generación de energía a gas más grande del mundo capaz de separar inherentemente el dióxido de carbono (CO2). Con este avance, Corea del Sur se convierte en el primer país en utilizar este enfoque para generar vapor y producir electricidad de manera eficiente y sostenible.
En los sistemas convencionales de generación de energía a gas, la combustión del combustible libera CO2 junto con nitrógeno y vapor de agua. Posteriormente, el CO2 debe ser separado del nitrógeno mediante instalaciones especializadas, lo que incrementa los costos operativos. Para solucionar este problema, KIER ha apostado por la tecnología de combustión por bucle químico (CLC, por sus siglas en inglés), un método innovador que elimina la necesidad de procesos de separación adicionales.
A diferencia de los métodos tradicionales, donde el combustible reacciona directamente con el aire, la tecnología CLC suministra oxígeno puro mediante partículas transportadoras de oxígeno. Estas partículas liberan oxígeno durante la combustión y lo reabsorben cuando entran en contacto con el aire, repitiendo continuamente este ciclo para mantener el proceso en funcionamiento. Como resultado, el combustible interactúa exclusivamente con oxígeno puro, evitando la presencia de nitrógeno y generando únicamente CO2 y vapor de agua. Una vez condensado el vapor, se puede capturar el CO2 directamente, simplificando el proceso y reduciendo costos.
Otro beneficio clave de la tecnología CLC es su impacto ambiental positivo. A diferencia de la combustión convencional, que produce óxidos de nitrógeno (NOₓ), principales responsables de la contaminación por partículas ultrafinas, el proceso de CLC opera sin llama, reduciendo drásticamente estas emisiones dañinas. Este avance convierte a la CLC en una solución viable para la generación de energía limpia y sostenible.
Comercialización
En colaboración con el Instituto de Investigación de KEPCO, el equipo de KIER ha desarrollado una tecnología CLC de clase mundial y, en 2023, estableció una planta piloto de 3 MW, la más grande del mundo en su tipo. Durante más de 300 horas de operación continua, la tecnología logró una eficiencia de separación y emisión de CO2 superior al 96%, superando el estándar global anterior del 94%.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios