La industria del biometano ofrece oportunidades a la ganadería al transformar subproductos como purines y estiércoles en energía y fertilizantes, siempre que tenga en cuenta las necesidades del sector y cuente con un marco normativo adecuado, como se ha puesto de manifiesto en la jornada “Industria del biometano y su incidencia sobre la actividad ganadera”.
Organizada por Genia Bioenergy, la sesión, celebrada este miércoles en la Feria internacional de Producción Animal, FIGAN, reunió a ganaderos, expertos y representantes de la administración para analizar el impacto de esta energía renovable en la actividad ganadera y su papel en la sostenibilidad del sector.
Plantas operativas
El delegado regional de Genia Bioenergy, César Casanovas, destacó que mientras Europa cuenta con más de 1.500 plantas de biometano operativas, en España solo existen nueve, aunque reconoció que el interés por esta industria crece debido a sus beneficios en la reducción de emisiones y la independencia energética.
En opinión del empresario porcino y alcalde de Vencillón (Huesca), Ramón Capel, las plantas de biometano pueden garantizar la continuidad de las explotaciones ganaderas al permitirles cumplir con las exigencias medioambientales europeas lo que se suma al impacto que tiene en el empleo juvenil, ofreciendo oportunidades tanto en la ganadería como en la operación de las plantas.
Desde la Cooperativa Plana de Vic, su director técnico, Pau Parès, expuso las dificultades actuales en la gestión del estiércol y la posibilidad de que los ganaderos reciban ingresos por su valorización.
En este sentido, los participantes incidieron en que la armonización normativa y la agilización de procesos administrativos son clave para facilitar la implantación de proyectos.
Desde el Gobierno de Aragón el jefe de servicio de Sanidad Animal, Enrique Novales, señaló que la administración busca garantizar que los proyectos de biometano sean sostenibles y rentables a largo plazo y aseguró que estas instalaciones cumplen con estrictos requisitos ambientales y cuentan con tecnología para evitar olores y minimizar el impacto en los vecinos.
Tratamiento
Uno de los puntos destacados fue el tratamiento de los digestatos, el subproducto del proceso de fermentación en las plantas de biometano, cuyo uso agronómico podría reforzar la economía circular.
A este respecto, Víctor Díaz, experto en valorización de digestato de Genia Bioenergy, explicó que su regulación aún no está claramente definida, lo que dificulta su aprovechamiento.
Desde ASAJA y COAG, Fernando Torralba y Joaquín Gargallo coincidieron en el interés del sector por los digestatos como fertilizantes, aunque recalcaron la necesidad de una gestión adecuada de las deyecciones animales.
Por su parte, Pedro Gómez, de Triskel Telecom, insistió en la importancia de una armonización legislativa europea que facilite la transición de los procesos agroganaderos hacia un modelo circular.
Ana Martínez, técnica del ITA (Instituto Tecnológico de Aragón), expuso avances en la reutilización de los digestatos para la fabricación de biopolímeros y proteínas para alimentación animal.
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