La brasileña Companhia Paranaense de Energia (Copel), que era socia minoritaria, ejerció su derecho de preferencia y adquirió el control de la central hidroeléctrica Baixo Iguaçu, que pertenecía a Neoenergia, la filial de la española Iberdrola en Brasil.
El anuncio se produjo tan solo dos semanas después de que Neoenergia informara haber llegado a un acuerdo para venderle a la francesa EDF sus acciones en la hidroeléctrica ubicada en el sureño estado brasileño de Paraná y que cuenta con una capacidad instalada para generar 350 megavatios (MW).
Según Neoenergia, la francesa aceptó pagar 1.430 millones de reales (unos 249,5 millones de dólares o 238,5 millones de euros) por su participación en la hidroeléctrica, que es del 70% del capital social.
El acuerdo dependía de que Copel, propietaria del 30 % restante, renunciase a su derecho de preferencia y aceptase proseguir como minoritaria de una hidroeléctrica controlada por EDF.
Copel, con actuación concentrada precisamente en Paraná, optó por quedarse con la totalidad de la hidroeléctrica, por lo que pasará a ejercer "todos los derechos y obligaciones asumidos por EDF como compradora", informó Neoenergia en un comunicado.
La brasileña, por lo mismo, pagará el mismo valor que había sido ofrecido por EDF por el control de la hidroeléctrica.
"La conclusión de la operación depende del cumplimiento de determinadas condiciones procedentes usuales en este tipo de transacción, incluyendo la aprobación del Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE, órgano antimonopolio) y de la Agencia Nacional de Energía Elétrica (Aneel, regulador)", según la nota.
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