China va camino de convertirse en el mayor productor mundial de energía nuclear hacia 2030, con Pekín redoblando su apuesta por una fuente que se antoja clave ante los planes de descarbonización y de autosuficiencia, tanto a nivel energético como tecnológico.
Estas son cinco claves para entender el impulso de China a la energía atómica:
- Una apuesta cada vez más firme
En 2015, tras cuatro años de suspensión a raíz del desastre de Fukushima, China retomó su apuesta por la nuclear. Entonces, con 23 reactores en funcionamiento, esta fuente representaba el 2,4 % de la producción nacional de energía; siete años después, en 2022, esa última cifra se había duplicado al 4,8 %, con 56 unidades en funcionamiento.
Y en los últimos años, Pekín ha pisado el acelerador: si actualmente las plantas nucleares del país cuentan con una potencia instalada de unos 56,08 gigavatios (GW), los 46 reactores que se encuentran en construcción prácticamente doblarán ese número, añadiendo otros 54,85 GW.
Para entender estas cifras, los dos países que superan actualmente a China son Estados Unidos y Francia: el primero tiene 94 reactores que generan 97 GW, y el segundo, 56 unidades que producen 61 GW. Pero en la cola de construcción de EEUU no hay ni un solo reactor nuevo, y en la de Francia, solo uno.
- Energía limpia
La apuesta por la nuclear no es casual: es clave para que el Gobierno chino pueda cumplir con sus objetivos de descarbonización, que pasan por alcanzar el pico de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y la neutralidad de emisiones antes de 2060.
Y es que 2030 es la fecha hacia la que Pekín aspira a conseguir que los combustibles no fósiles proporcionen el 25 % de la energía generada en el país, donde actualmente el carbón produce más de la mitad: en 2023, la proporción fue del 55,3 %, aunque una década atrás superaba los dos tercios del total (67,4 %).
"La energía liberada de la fisión de un kilogramo de uranio-235 equivale a 2.700 toneladas de carbón, y no emite dióxido de carbono", subrayaba hace unos meses el presidente de la operadora nuclear estatal CNNP, Lu Tiezhong, que llamó a las autoridades a incluir esta fuente entre las consideradas 'verdes'.
- Autosuficiencia energética
La reducción del peso del carbón sobre el 'mix' oculta un dato importante: se aprobaron más de 100 GW al año en nuevas plantas de esa fuente de energía fósil tanto en 2022 como en 2023, aunque en la primera mitad de 2024 esa cifra cayó un 83 %. Los objetivos 'verdes' son importantes para Pekín, pero no a costa de su autonomía energética.
Ante un contexto geopolítico cada vez más desfavorable y la cicatriz de la sequía que afectó a la hidroeléctrica y provocó importantes apagones en diversas partes del país -con un grave impacto para la industria- en 2021 y 2022, las autoridades nacionales firmaron en agosto la mayor aprobación simultánea de nuevos reactores de su historia: 11 nuevas unidades y una inversión superior a 30.000 millones de dólares.
Iases
30/10/2024