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La seguridad en los huertos solares es todo un reto debido a su ubicación remota y las características únicas de sus operaciones. Estos espacios, destinados a la producción de energía renovable, requieren de sistemas de seguridad para proteger las inversiones tanto en la infraestructura como la operatividad.

La tecnología de videovigilancia térmica cumple una función clave en las instalaciones fotovoltaicas ofreciendo una protección ante los riesgos de intrusión, vandalismo y evitando accidentes relacionados con incendios; que son una de las principales amenazas en este tipo de instalaciones.

Los parques solares por lo general se sitúan en zonas aisladas y ocupan grandes extensiones de terreno lo que los convierte en objetivos vulnerables para robos y actos vandálicos, por eso no son nuevos los sistemas de vigilancia perimetral avanzados que ofrece una solución efectiva a este problema.

La novedad está en el uso de tecnologías de cámaras térmicas y ópticas que no solo permiten la detección precisa de intrusos a larga distancia, independientemente de las condiciones climáticas o de luz. Además, detecta objetos y monitoriza remotamente y gracias a la integración de inteligencia artificial (IA), minimizan la necesidad de intervención humana constante y permiten actuar de manera inmediata ante cualquier incidencia.

La innovación en este ámbito ha reducido considerablemente los costos operativos al eliminar la necesidad de una infraestructura de TI compleja en lugares donde el acceso a internet o la electricidad puede ser limitado.

Otra amenaza constante: el fuego

La combinación de equipos electrónicos y condiciones ambientales como altas temperaturas y exposición continua al sol, incrementa el riesgo de incidentes relacionados con el fuego. Los incendios no solo pueden provocar importantes pérdidas económicas, sino también afectar la estabilidad operativa y al cumplimiento de la normativa.

A través de tecnologías termográficas avanzadas, los sistemas de seguridad en los huertos solares pueden detectar el riesgo de incendio mucho antes de que se manifieste en forma de llamas o humo visible. Estos sistemas identifican cambios de temperatura críticos que podrían indicar el inicio de un problema, lo que permite actuar de forma proactiva antes de que el incidente se convierta en un asunto de mayor gravedad y se descontrole.

Contar con una plataforma centralizada, facilita la gestión de todos los sistemas desde un único punto de control, simplificando las operaciones, reduce costos y mejora la capacidad de respuesta ante cualquier eventualidad. Las largas distancias a menudo dificultan la respuesta rápida ante cualquier tipo de incidentes, lo que aumenta el impacto de los daños causados. Los sistemas de vigilancia automatizada y detección remota han demostrado ser efectivos para mitigar riesgos, ya que permiten la monitorización en tiempo real y la toma de decisiones automatizadas frente a amenazas detectadas.

Por otro lado, los avances en durabilidad y resistencia de los sistemas de vigilancia aseguran que los equipos puedan soportar condiciones ambientales adversas, algo especialmente importante en zonas expuestas a cambios climáticos bruscos y extremos. La longevidad de estos equipos garantiza una menor necesidad de mantenimiento y reemplazo, lo que optimiza el retorno de la inversión en infraestructura de seguridad. Por otro lado, la innovación ha permitido que estos sistemas funcionen con bajo consumo, haciendo que sean accesibles y eficaces incluso en ubicaciones donde la conectividad es un desafío.

La continua evolución de estas tecnologías asegura que los huertos solares puedan operar de manera segura y sostenible, protegiendo tanto sus activos como su misión de generar energía limpia.

Aitor Pérez es Project Manager de MOBOTIX

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