Cada vez queda menos. La cuenta atrás está a punto de llegar a cero, concretamente lo hará el 4 de octubre. Ese será el día final en el que la Unión Europea vote sobre qué hacer con los aranceles. Con una semana de retraso (estaba previsto que fuera en la pasada) por las negociaciones llevadas a cabo con Beijing para intentar encontrar una solución a dicha situación, con resultado negativo. Sin embargo y dado que las negociaciones pueden continuar una vez se haya efectuado la votación, los estados miembros se han puesto como fecha límite este mismo viernes para determinar finalmente qué hacer con los aranceles a los coches eléctricos chinos o fabricados en China.
Las últimas informaciones recogidas por Bloomberg a través de fuentes cercanas relacionadas con la propia Comisión hablan finalmente de una tasa del 35% para aquellos vehículos cero emisiones con ADN procedente del gigante asiático. Un arancel que estaría vigente durante un periodo máximo de 5 años y que se sumaría al 10% ya establecido para las importaciones de China, por lo que en conjunto este tipo de coches tendría una tasa total del 45%. De esta forma, las ventas no solo de este tipo de coches se verían mermadas, sino que supondrían un duro revés a las matriculaciones de coches eléctricos en el Viejo Continente, que en el último mes no han hecho sino retroceder a valores de hace siete años, cuando no existía ni la infraestructura de carga ni el número de modelos actuales. Solo si una mayoría cualificada de estados miembros, es decir, 15 de los mismos que representan el 65% de la población, se opusieran, estos aranceles dejarían de estar vigentes a partir del próximo 30 de octubre.
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