El ex primer ministro italiano Enrico Letta cree que el futuro de Europa pasa por garantizar su autonomía, ya que ha quedado "muy claro" que "no podemos vivir" en un mundo en el que alguien, "hoy americano, mañana chino o indio, nos diga: 'compórtate bien o te desconecto'".
Durante su intervención en la jornada organizada por la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Letta ha celebrado que se vuelva a hablar de política industrial en un Viejo Continente que, a comienzos de siglo, cometió el "gran error" de centrarse en el bienestar y se hizo dependiente de la tecnología estadounidense, la energía rusa y las manufacturas chinas.
"Fue un error increíble de perspectiva que estamos pagando ahora duramente", ha dicho el decano de la IE School of Politics, Economics and Global Affairs, de IE University, sobre estos "20 años de pérdida de competitividad", y ha insistido en que hay que poner a la industria en el centro del debate.
La postura de Letta con Europa
Como es habitual en su discurso, Letta ha apelado al mercado único como la "única posibilidad" para ser competitiva que tiene la Unión Europea, donde existe una moneda común -el euro- pero se dan "27 mercados financieros, de energía, de telecomunicaciones...", una casuística que ha calificado de "locura".
Ello se aprecia en el ámbito energético, con "27 países, cada uno con su propio 'mix'" y sin interconexiones entre ellos.
"Las inversiones en Europa en energía solar son el doble de las de EEUU, pero el resultado es el mismo, porque la falta de interconexiones es un problema enorme", ha explicado Letta, que ha destacado las "muchísimas y diferentes" tecnologías de generación de las que dispone la región.
Y es que "Francia tiene nuclear, España e Italia, renovables...", ha añadido el italiano, que considera que la competitividad europea radica en que "cada día, un empresario, un trabajador o un consumidor puedan decidir cuál es la energía más barata y tomarla", una tarea para la que se requieren interconexiones.
Neutralidad tecnológica
En la conversación también ha participado el presidente de la patronal europea del refino FuelsEurope, Luis Cabra, que se ha referido a la "necesaria" neutralidad tecnológica.
Aquí, ha proseguido, la regulación debería establecer "objetivos realistas y ambiciosos" de descarbonización, mientras que la industria tendría que apostar por distintas soluciones, y ya el mercado y el usuario "decidirán cuál es más conveniente y más barata", siempre cumpliendo con las metas de la transición.
Sin embargo, actualmente se están tomando decisiones "segmentadas" que están "desoptimizando" la cadena de valor, según Cabra, que ha puesto de ejemplo el vehículo eléctrico, el cual "está llegando y va a llegar", pero se le ha querido dar una "velocidad de penetración" a la que la demanda no ha respondido.
En esta línea, ha aseverado que prohibir los motores de combustión en 2035 es un "error grave" cuando habrá combustibles renovables que podrán utilizarse como solución.
Una industria del combustible
El acto ha servido, además, para desvelar nueva identidad de AOP, que da paso a AICE, la Asociación de la Industria del Combustible de España, que representa a una "industria en constante transformación para ofrecer las soluciones energéticas del hoy y del mañana".
Su presidenta, Olvido Moraleda, ha afirmado que España está "muy bien posicionada" para convertirse en un 'hub' de combustibles renovables, entre otros motivos porque lidera el mercado de materia prima avanzada, como grasa animal.
"Avanzar en combustibles renovables nos va a ayudar todavía más a contribuir a la balanza de pagos", ha indicado Moraleda, que ha puesto en valor la aportación de la industria española del combustible, eminentemente exportadora, que concentra más del 13% de la producción de refino en Europa.
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