Tras declarar una "emergencia energética", Estados Unidos solicita la reactivación de las centrales eléctricas de carbón cerradas para contribuir al crecimiento previsto de la demanda de electricidad. Las últimas investigaciones del IEEFA muestran que pocas, o ninguna, de las 102 unidades de carbón cerradas en los últimos cuatro años son candidatas fiables para una reactivación.
Reabrir plantas de carbón cerradas no tiene sentido económico
El análisis de IEEFA de las 102 unidades recientemente cerradas o reconvertidas encontró que pocas son candidatas fiables para volver a estar en funcionamiento

Además, el plan para reiniciar las centrales de carbón ignora que la mayoría de las instalaciones que aún operan están funcionando muy por debajo de su capacidad, lo que pone de manifiesto que reiniciar las centrales de carbón no tiene sentido económico. El IEEFA analizó 102 unidades recientemente cerradas o reconvertidas que no han operado desde principios de 2021 y concluyó que pocas son candidatas legítimas para su reactivación.
Costoso e ineficiente
“Nuestro análisis reveló que, de las 102 unidades, 24 fueron demolidas, 13 se convirtieron a gas, una a petróleo y todas tienen una edad media de 56 años”, declaró Dennis Wamsted, analista de datos energéticos de IEEFA y coautor de la nota informativa. “Reiniciar plantas que llevan más de 4 años fuera de servicio y son antiguas resultaría costoso e ineficiente desde el punto de vista económico”.
A medida que las centrales de carbón envejecen, los costos de mantenimiento aumentan, lo que eleva sus costos de generación y las hace poco competitivas. Como resultado, las empresas de servicios públicos recurren cada vez más a la generación de energía solar, eólica y de baterías, más económica y de rápida construcción.
Gastar fondos públicos para reabrir centrales de carbón cerradas con necesidades de mantenimiento inciertas y un rendimiento futuro impredecible no tiene sentido, ni económico ni de otro tipo. Existe abundante capacidad de generación "adicional" en la flota operativa actual. El problema es que esa capacidad no es rentable.
La única opción que tiene sentido económico y que puede poner en funcionamiento rápidamente cantidades significativas de nueva capacidad de generación es continuar con el actual desarrollo de energía eólica, solar y almacenamiento de baterías despachables.
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