Se va la mujer que más ha hecho por llevar a España a liderar la transición energética: ¿quién sustituirá a Teresa Ribera?

Finalmente Teresa Ribera se va a Bruselas. Probablemente no como le gustaría. La tragedia de Valencia ha acabado por salpicar su carrera en el Ministerio para la Transición Ecológica durante estos más de seis años en el cargo y en la Vicepresidencia Tercera en los últimos cuatro ejercicios.

A decir verdad, a Ribera no le apetecía nada irse a Bruselas, pero al integrarse en el PSOE, cuando te llaman a filas tienes que obedecer, no hay más remedio. Cuando llegó al Gobierno no pertenecía al PSOE, ahora sí. Y Sánchez la ha elegido para ser alguien importante en la nueva Comisión Europea.

Posiblemente Ribera si no se hubiese hecho del partido socialista, no hubiese tenido que tragar con muchas cosas de Moncloa, pero eso ha sido lo que ha hecho que se convierta en la diana perfecta. Ha sido la escudera idónea de Sánchez o mejor dicho, para Sánchez.

Pasó un duro examen en el Parlamento Europeo. Pero realmente todo estaba ya pactado entre los dos grandes partidos que gobiernan prácticamente en toda Europa: socialistas y populares.

Ayer se ratificó. Sánchez tuvo que tragar para meter a un candidato de la ultraderecha en la nueva Comisión, propuesto por Meloni (si se la puede llamar ultraderecha). Y Feijóo quedó mal ante su plebe. Salió a decir que no apoyaba a Ribera cuanto el resto de todo su partido en Europa le dejó fuera de juego. Pero háganme caso, ha sido todo un paripé del PP. Totalmente superado por la crisis de la DANA.

Un no parar

Ribera ha estado seis años y ha tenido que afrontar una pandemia, una guerra en Ucrania, una crisis energética única en la historia con precios desorbitados nunca vistos, han hecho dos PNIEC y aprobado múltiples regulaciones para tratar de sacar adelante el sector energético y todo esto en medio de una transición que necesita acelerarse según el mandato europeo. Ha acabado con el carbón con una iniciativa por la Transición Justa única en el mundo y pactó con las eléctricas apagar la nuclear.

No ha sido nada fácil, y les aseguro que otra cosa no, pero en el Ministerio respiran aliviados (es broma, por aquello de algunos que no cogen las ironías). Trabajo, trabajo y trabajo. Eso ha sido el mandato de Teresa Ribera al frente del Ministerio. Si no, pregunte a cualquiera de los cientos de funcionarios que trabajan con ella. O a cualquiera de su equipo. Se podría ver una foto de hace seis años y una de ahora, pero se lo dejo a ustedes.

Y lo ha hecho con mayor o menor acierto. Eso es subjetivo, dependiendo de qué empresa hablemos. También es cierto que ha sido una relación con el sector energético de vaivenes. De premios pero también de castigos. No es fácil. El equilibrio es lo más complejo. Tienes que encajar lo que te pide la oferta con lo que te exige el consumidor y en medio de todos ellos una cadena de valor enorme.

Sólo el tiempo colocará a Ribera en su sitio y me atrevería a decir que ha sido la mujer que más ha hecho porque España lidere la transición energética en Europa. Y no es cuestión de sexos, también incluyo hombres. Ha sido para muchos la mejor ministra del ramo, para unos pocos, los que se dedican sobre todo al negocio de los combustibles fósiles, la ministra que más les ha azotado, pero son los tiempos de las energías limpias y se trata de abandonar esos combustibles fósiles por otros nuevos no contaminantes.

También está el asunto nuclear que no es pequeño y abordó al inicio de su primer mandato. Ahora se va y deja empantanado este asunto en plena decisión por el cierre de la primera de las centrales, Almaraz.

El sustituto

Probablemente este sea el asunto más engorroso al que se enfrente el/la sustituto/a de Ribera al frente de Transición Ecológica. Y ojalá recule el PSOE en ese afán por querer cerrar unas centrales que funcionan a las mil maravillas, que dan energía limpia las 24 horas del día los 365 días al año, algo que muy pocas tecnologías logran y que además es energía base fundamental para cualquier sistema eléctrico y vital para consumidores industriales que trabajan a todas horas.

Pero, ¿quién será su sustituto? Con todo este jaleo de las últimas semanas eso es lo que menos importa. Es algo que decidirá Sánchez y puede tener distintas soluciones, dependiendo de lo que quiera o necesite. Si quiere continuar o no por la misma senda, si quiere o necesita obtener apoyo de alguna sección socialista dentro del partido, si tiene que premiar a alguien. Puede pasar cualquier cosa.

Seguramente tengan varios nombres en la cabeza, desde Sara Aagesen, hasta Jordi Hereu, pasando por Manu de la Rocha, Inés Rey o Juan Espadas. Puede que sea otro más cercano del mundo empresarial, quién sabe, sólo él, Pedro, será el que no tardará en tomar la decisión.

Eso sí, el que tome el relevo lo va a tener complicado para superar a Ribera en cuanto a trabajo se refiere. Ojalá tenga muchos aciertos y España pueda ser alguien de verdad dentro de Europa. Existe una oportunidad única para dar el pulso a Francia y Alemania que no pasan por su mejor momento. A lo mejor es el momento.

Un análisis-opinión de Ramón Roca, director de El Periódico de la Energía.