En los últimos años, el hidrógeno verde se ha posicionado como una de las grandes soluciones para la transición energética en Europa y en España. Se trata de un vector energético esencial para descarbonizar sectores de difícil electrificación, como la industria o el transporte pesado, por lo que cada vez son más los países que apuestan por incentivar su producción.
En España se han implementado gran cantidad de medidas para impulsar la producción de hidrógeno verde, como la reciente convocatoria de ayudas para la creación de valles o clústeres de hidrógeno renovable, dotada con 1.200 millones de euros procedentes de los fondos Next Generation EU.
A nivel europeo, la creación del Banco Europeo del Hidrógeno también ha supuesto un gran avance. El próximo 3 de diciembre se abrirá su segunda subasta, que concederá otros 1.200 millones de ayudas a productores de hidrógeno renovable ubicados en Europa, contribuyendo así a reducir el riesgo de las inversiones con apoyo público.
Esto se ha traducido en perspectivas muy prometedoras para la producción de hidrógeno verde en la región. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Europa será la principal región productora de hidrógeno verde del mundo en 2030, con un 25%, y dentro de Europa, España será el país con mayor producción, concentrando el 20%. Esto contribuirá a aumentar la independencia energética y posicionará a España como un líder potencial en la transición energética europea.
El desequilibrio entre la producción y la demanda de hidrógeno verde supone un gran riesgo a largo plazo
Las oportunidades de mercado para el hidrógeno verde en España son muy significativas. Contamos con abundantes recursos solares y eólicos, que permiten generar electricidad limpia a costos competitivos y crean un entorno propicio para la firma de PPAs. Estas dos condiciones garantizan a los productores de hidrógeno verde un suministro estable de electricidad renovable a precios predecibles, lo cual, dado que el coste de la electricidad representa alrededor del 60% del coste total de producción del hidrógeno verde, pone a España en una posición inigualable para liderar.
Además, se estima que la ambición de instalar 12 GW de capacidad de electrolizadores en España para 2030 podría traducirse en una producción anual de alrededor de 1,1 megatoneladas de hidrógeno verde (equivalente a 3 millones de toneladas de gas natural) y una inversión total de unos 20.000 millones de euros, con la consecuente creación de empleo y competitividad para nuestras industrias.
Sin embargo, todo este potencial podría quedar desaprovechado si no se asegura una demanda lo suficientemente fuerte, y todo apunta a que en España, la oferta de hidrógeno verde superará a la demanda. Según nuestras estimaciones, la demanda de hidrógeno verde se situaría en torno a 125.000 toneladas al año, mientras que la capacidad de producción será 8 veces mayor, superando el millón de toneladas al año en 2030.
Sin un mercado consolidado que absorba esa oferta, el hidrógeno verde difícilmente podrá consolidarse como una opción viable. Ante esta situación, España debe reconsiderar su estrategia, dirigiendo más esfuerzos a reequilibrar los incentivos y crear un mercado donde la producción y el consumo de hidrógeno verde crezcan de la mano.
La diferencia de precios sigue siendo la principal barrera
Para garantizar la viabilidad de una nueva tecnología es necesario contar con un mercado que esté dispuesto a pagar por ella, por lo que no sorprende que la demanda de hidrógeno verde, con un coste de producción significativamente superior al de otras alternativas, aún no termine de despegar.
El gas natural sigue siendo mucho más barato y accesible, y se prevé que esta situación se mantenga en los próximos años, hasta que el mercado de hidrógeno renovable se consolide. Lo mismo ocurre con otras tipologías de hidrógeno más contaminantes: según las estimaciones de Our New Energy, mientras que el coste de producción de hidrógeno azul (a partir de metano y con captura de carbono) se sitúa en 3,30 €/Kg, el coste del hidrógeno verde asciende a 5,70 €/Kg.
Este diferencial de precio hace que para muchas empresas, la adopción del hidrógeno verde sea difícil de justificar desde una perspectiva económica, salvo que existan incentivos que equilibren esta diferencia. Aquí es donde el sistema actual en España queda corto: mientras que los apoyos para la producción son claros, los mecanismos que fomentan el consumo del hidrógeno verde son insuficientes.
Es necesario redirigir los incentivos y estimular la demanda
El hidrógeno verde tiene el potencial de transformar el mix energético de España, pero para que esto ocurra, es necesario tomar medidas decididas para incentivar la demanda. De lo contrario, se corre el riesgo de que la oferta crezca más rápido que la demanda, lo que podría traducirse en un exceso de capacidad productiva y en una gran cantidad de potencial desaprovechado.
Es necesario adoptar mecanismos como deducciones fiscales para el uso de hidrógeno verde, o ayudas directas a los consumidores industriales que adopten esta tecnología. Estos incentivos, acompañados de normativas claras que impulsen el uso del hidrógeno verde, podrían actuar como catalizadores para su adopción.
Miguel Marroquín es director general y fundador de Our New Energy.
galan
13/11/2024