La movilidad está cambiando, más aún en el entorno urbano donde muchos usuarios, motivados por las nuevas normativas y prohibiciones se han mostrado reticentes a tener un coche en propiedad, un vehículo con el que cada vez es más complicado moverse y, sobre todo, aparcar. Pero dicen que el punto de partida para todo logro es el deseo o que para todo problema hay una solución fácil, clara y plausible.
Las mismas virtudes que definen al modelo que hoy en El Periódico de la Energía vamos a probar en profundidad y que no es otro que este Microlino, o lo que es lo mismo, la reinterpretación moderna del Iso Isetta fabricado por BMW hace más de 70 años y que ha vuelto a la vida gracias a start-up suiza Micro, comercializándose en España a través del grupo Astara. Un modelo con el que un servidor jamás se había sentido tan protagonista pues no solo ha girado cuellos en la calle, sino también en la carretera, más incluso que con superdeportivos de varios ceros. Pero, ¿qué secretos guarda este Microlino que lo hacen tan atractivo a las miradas? Te las analizamos ya mismo.
El perfecto urbanita
Está pensado tanto para conductores con carné como jóvenes que no tienen la mayoría de edad. K.S.
Hasta ahora, la mayoría de fabricantes se ha decidido a comenzar la electrificación por el tejado, ofreciendo productos gigantescos, pesados, pesados, potentes y con precios desorbitados. Solo unos pocos como Dacia con el Spring (prueba) o algún que otro chino han mirado al bolsillo del público proponiendo productos asequibles y, sobre todo, ligeros que es lo más lógico en un coche cero emisiones. Este es el caso de Microlino que estás viendo y que sido posible gracias a la empresa suiza Micro, fundada en 1999, previamente especializada en el desarrollo de patinetes eléctricos.
Un vehículo que está enmarcado dentro de la clase L7e, es decir, la de los cuadricilos ligeros, por lo que no llega o supera por muy poco los 500 kilos de peso. Pero no es la única disponible pues por debajo está el Microlino Lite, enmarcado en la categoría L6e con la que no es necesario tener la licencia de conducir B2, bastando con el AM para hacer uso de él a partir de los 15 años en nuestro país (los 14 en otro territorios de la Unión Europea).
Su tamaño es extremadamente contenido.K.S.
Volviendo al diseño, salta a la vista su inspiración en el comentado Isetta, con esa forma de huevo que está enmarcada en unas dimensiones muy contenidas, con una longitud de 2,52 metros, una anchura 1,47 metros (medidos en su zona delantera porque como ves la trasera es más estrecha que la parte delantera, colocando las ruedas de atrás más juntas) y una altura de 1,50 metros.
Una estética en la que hay igualmente detalles que llaman mucho la atención como los retrovisores, con forma de propulsores que tienen en su parte delantera los faros con tecnología LED y una vistosa luz diurna, mientras que en su zona posterior están colocados los espejos retrovisores ajustables manualmente. También sobresalen las llantas de acero, con un diseño retro en blanco que contrasta a la perfección con una paleta de colores compuesta por 9 colores, tres de ellos bicolor, con precios que van de los 400 a los 850 euros. Todos tienen nombres de capitales europeas como por ejemplo este naranja Amsterdam que es de los que cuesta 400 euros. En el apartado lumínico destaca la tira de LED en la zona trasera que aporta elegancia y que se replica también en el frontal, que es quizá la más representativa del coche ya que es la que incluye la puerta de acceso.
La apertura de la puerta, en la zona frontal, es sin duda el elemento más destacado del coche.
Esta se abre mediante un comando situado en la parte derecha del vehículo y tras ser pulsado, voila solo tienes que acceder a ella, acción que resulta sencilla, pues tiene una apertura relativamente amplia que, eso sí, deberás tener en consideración cuando lo aparques, ya que si lo dejas muy pegado al coche de delante, no podrás salir. Una vez abierta, entras con relativa comodidad aunque la diferencia frente al Isetta de los años 50 reside en que el volante se incrustaba en la puerta, mientras que en este se queda fijo por tema de normativa de seguridad, reduciendo ligeramente el hueco.
Más amplio que muchos, pero poco aislado
El puesto de conducción es espartano pero funcional. K.S.
Una vez sentado dentro creo que ya te has dado cuenta de que está configurado para dos ocupantes sin, por ejemplo, anclajes ISOFIX. Una ventaja es que cuando cierras la puerta, cogiendo del tirador, la sensación no es para nada de agobio ya que la visibilidad general es amplia. Y eso que no contamos con ventanillas completas, sino que estás son de tipo mostrador, ofreciendo la apertura justa. A todo ello se suma el hecho de que este Microlino es semidescapotable, ya que cogiendo este tirador en el techo se puede desplazar hacia atrás la cortinilla y tener un cabrio.
El cuadro de mandos tiene dos vistas
Si volvemos al “salpicadero” este tiene lo imprescindible, es decir, el volante con un cuadro de instrumentos digital de 7 pulgadas que ofrece toda la información que necesitamos, como la velocidad, el estado del coche, la capacidad de la batería. Puede presentarse en dos modos de vista siendo la de dos diales la que más nos ha gustado. Sin salir de la digitalización, tenemos un pequeño display colocado en el centro que está un poco a desmano y que permite navegar por diferentes funciones, como la calefacción, entre otros, y aquí me detengo porque tiene calefacción y no aire acondicionado pudiendo llegar a ser un engorro en verano. A su lado, está este pequeño soporte para el móvil que es especialmente útil para hacer uso del navegador.
Las ventanas no se abren completamente. K.S.
Del mismo modo, tenemos 4 puertos USB repartidos por esta zona pero no disponemos de equipo de sonido y a no ser que tengas un móvil con un buen equipo de sonido, lo más recomendable sería que pegases un altavoz portátil. Por cierto, el selector de la caja de cambios y el freno de mano están a la izquierda. Por último, para abrirlo desde dentro, debes volver a poner tu mano en la pantalla, pero esta vez por detrás para encontrar el botón oculto que lo abre. Los asientos son cómodos y anchos en los que dos adultos no se molestarán, e incluso se pueden desplazar longitudinalmente. No hay guantera per sé pero sí varios estas rejillas textiles para dejar los documentos, mientras que los enseres personales se pueden colocar en esta bandeja pero has de tener en cuenta que siempre estarán a la vista.
El maletero es gigantesco teniendo en cuenta su escueto tamaño. K.S.
Hablando de capacidad, al ser un biplaza, tenemos un maletero gigantesco, de nada menos que 230 litros que, para ponerlo en contexto, son 45 litros más que un FIAT 500, un metro más grande, y 10 litros más capaz que el primer Smart ForTwo de la historia. Se accede mediante un portón de generosas dimensiones que se abre a través del dial digital o mediante la llave, con unas formas regulares y mucha profundidad, permitiéndonos guardar todo lo que deseemos sin problema alguno. De hecho el sitio es tan grande que fijaos lo que se me ha ocurrido y que podría ampliar las opciones de uso en ciudad. Poner la silla infantil detrás. Es algo estrambótico, soy consciente, pero no me negaréis que poniendo un anclaje isofix y un cinturón tendríamos un Microlino 2+1 la mar que cachondo. Repito, es imposible por temas de seguridad, pero puestos a estrujarnos el cerebro…
Circula hasta ¿dónde quieras?
Es duro para pasar por baches pero se mueve con agilidad. K.S.
En marcha el Microlino no oculta para nada su condición de urbano pues más allá de que mida lo que mide, la realidad es que la versión que estamos conduciendo no pasa de los 90 km/h aunque ya has visto que la Lite no pasa de 45 km/h siendo especialmente apta para adolescentes. Es un coche a la vieja usanza pero con una mecánica del siglo XXI, me explico. No tiene dirección asistida ni servofreno es decir que para mover la dirección en parado vas a tener que hacer brazo y para detener el coche vas a tener que ser contundente con el pedal derecho.Igualmente, has de tener en cuenta que el confort de la suspensión brilla por su ausencia y eso puede resultar incómodo para los cada vez más numerosos badenes urbanos.
Por lo demás, moverse con este cochecillo es una auténtica ‘cachondada’, coge velocidad con facilidad, al menos hasta los 50 km/h que los cubre en 5 segundos y aunque tenga limitada la velocidad a esos 90 km/h yo he hecho más de 40 km por autopista y en ningún momento he sentido miedo alguno, algo que sí me ocurrió en su momento con el Twizy y el AMI, este último por ciudad. De hecho basta activar el modo Sport, que tiene un icono bastante gracioso de un cohete para sugestionarse y pensar que vas más rápido. Hablando de sensación de velocidad, no te pases de listo en los cambios de apoyo porque al ser asimétrico y tener unas vías tan estrechas, si vas más rápido de lo normal podrías llegar a tener la sensación de que vuelcas.
Es perfecto para moverse por ciudad. K.S.
Con todo hablamos de un vehículo que desarrolla 12,4 kW de potencia, el equivalente a unos 17 CV, con un par máximo de 17,9 Nm que puede combinarse con tres tipos de batería, todas de iones de litio (NMC) con una capacidad de 5,5, 10,5 y 15 kWh. La que estamos probando es la de 10,5 kWh porque es la única que está disponible en nuestro mercado, lo que da para una autonomía homologada de 177 km, mientras que las otras dos se quedan, respectivamente, en 93 y 228 km. Cierto es que mis condiciones no han sido las óptimas porque he hecho mucha carretera pero cogiendo el coche con un 92% he llegado a recorrer cerca de 100 km sin tener que cargarlo.
En cuanto a la carga, es una de las grandes desventajas que le veo porque solo admite cargas domésticas de 2,2 kW poniendo sobre la mesa su condición de cuadriciclo. Si bien esto se torna en una ventaja porque los tiempos de espera no van a superar, en el peor de los casos las 8 horas para tenerlo al 100%, es decir, una noche. Si lo quieres al 80%, con 4 horas, vas más que sobrado.
En definitiva
Llegamos al final de esta prueba confirmando que quizá no sea el coche eléctrico que buscas para tener como primera unidad familiar pero como bien dicen desde Microlino esta es la perfecta segunda primera opción que puedes tener. Cumple todo lo que un eléctrico puede desear si te mueves casi íntegramente por el entorno urbano: facilidad de uso, prestaciones contenidas y una autonomía sobrada para circular sin preocupaciones sumada a una carga sencilla. Ahora bien, la gran pega que le veo yo es que no resulta ser una opción barata ya que los 22.990 euros de los que parte puede hacer que alguno se eche para atrás pues resulta ligeramente más caro, por ejemplo, que un Dacia Spring con 65 CV o un Leapmotor con 95 CV pero que ya te digo que está asociada a un coche con el que no pasarás desapercibido para nada.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios