Quién dijo escasez: ya hay más puntos de carga rápidos que gasolineras en España

Desde el comienzo una de las principales trabas relacionadas con el coche eléctrico ha sido la de la infraestructura de carga. No es para nada un secreto que España se encuentra a la cola de Europa en lo que a puntos de carga público se refiere y aunque en los últimos meses el número ha aumentado considerablemente, todavía hay muchos que se encuentran inactivos, ya sea por cuestiones burocráticas (el tiempo mínimo de espera es superior a los 12 meses) o por una mala gestión de los mismos.

Todo ello ha provocado que la frase tipo de los que son sus principales detractores vaya encaminada hacia el escaso número de puntos que recarga públicos poniendo el foco, además, en los considerados rápidos y ultrarrápidos. Una cuestión, esta última, básica para permitir que todo el ecosistema cero emisiones no se colapse cuando los usuarios quieren realizar largos desplazamientos. Ahora bien, ¿qué pasaría si te dijéramos que este argumento ya no tiene por donde sostenerse y que los cargadores rápidos ya superan al número de gasolineras? Lo más probable es que los “imposible” y “ni de broma” resonaran con fuerza cuando la realidad es que los datos no mienten.

El tiempo es la clave

Al menos los datos que han hecho públicos tanto la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), como la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive) y que han sido recopilados en el último estudio de AutoScout24. En ellos se establece que el número de puntos de recarga rápidos y ultrarrápidos es actualmente de 12.818 frente a las 12.624 gasolineras en servicio en nuestro país.

No obstante, si se incluyen los puntos de recarga lenta, es decir, de menos de 50 kW hay que añadir otros 24.318, de modo que los conductores españoles pueden elegir en total entre cualquiera de los 37.136 puntos que hay repartidos por la geografía española. Esto es que por cada gasolinera que da servicio a la combustión, hay tres puntos de carga que hacen lo propio con los eléctricos y los híbridos enchufables. Además, estas instalaciones están el 90% del tiempo desocupados, por lo que desde el sector inciden en que no se puede hablar de un colapso de estas infraestructuras. Según AEDIVE, su ratio de uso no llega al 6%.

El punto aquí a tratar es el del tiempo de espera ya que si bien en repostar un coche de combustión se tarda de media entre 2 y 5 minutos desde que se llega hasta que se llena el depósito y se paga, si nos vamos a un vehículo cero emisiones que se conecte a un punto de carga rápida, de 50 a 100 kW, el tiempo medio de espera es de 30 a 40 minutos para, además, obtener el 80%. En el caso de los cargadores de más de 150 kW, la espera se reduce a los 20 minutos, mientras que en los ultrarrápidos, de entre 200 y 350 kW, en algunos casos solo se necesitará invertir entre 5 y 10 minutos. El gran problema en este sentido es que la red de recarga ultrarrápida en España no supera el 5%, convirtiéndolo en un gran problema para el consumidor, el mismo que eso sí ya no podrá quejarse de que no hay puntos de carga disponibles.